La caravana de migrantes acordó caminar 70 kilómetros a Isla, Veracruz, luego que el Gobernador Miguel Ángel Yunes canceló el apoyo de autobuses para llevarlos a la Ciudad de México
Caravana migrante avanza hacia el municipio de Isla, Veracruz
La caravana de migrantes acordó caminar 70 kilómetros a Isla, Veracruz, luego que el Gobernador Miguel Ángel Yunes canceló el apoyo de autobuses para llevarlos a la Ciudad de México
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Sayula de Alemán, México.
El acuerdo se informó en una asamblea ante los miles de migrantes que desde antes de las 5:00 horas estaban formados con todas sus pertenencias, listos para subirse a los autobuses que Yunes les prometió unas horas antes.
Algunos se habían despertado y no se habían enterado aún que el Gobernador había argumentado la falta de agua en la capital.
Vamos a Ciudad de México, festejaban mujeres, niños y hombres en completo orden para subirse al transporte.
Desde arriba de una pipa de agua, los coordinadores de la organización Pueblos Sin Fronteras y de la Comisión de Derechos Oaxaca les pusieron el audio de los videos de Yunes.
Esta es política, es una burla, gritaron los centroamericanos.
Es una mierda, exclamaron.
Se iba a poner a votación ir hacia Ciudad Isla, unos 70 kilómetros al este del lugar, un recorrido de una hora en auto, y de una decena si se hace a pie, pero el acuerdo ya estaba tomado.
El ombudsman de Oaxaca, Arturo Peimbert, y Gina Garibo, de PSF, afirmaron que ya en la Ciudad de México, donde la caravana espera resolver su situación migratoria, los esperaban y que lo de Yunes no eran más que un pretexto.
Peimbert les pidió que caminaran juntos, pues Veracruz es uno de los estados más peligrosos de México, especialmente para los migrantes por el crimen organizado y por la existencia de la estación migratoria más grande del País, ahí cerca, con capacidad para 4 mil personas.
El ombudsman incluso resaltó que esta mañana había menos presencia de seguridad y apoyo del Gobierno mexicano había para la caravana migrante.
Peimbert dijo que todavía están negociando con Yunes, mientras que miles de centroamericanos que huyen de la miseria en sus países se pusieron en marcha bajo una ligera llovizna, hombres con carriolas, mujeres con niños, y jóvenes con sus mochilas y cobijas.