Busca satélite pronosticar con mayor precisión cambios climáticos

Un satélite que utilizará tecnología láser para medir los vientos en la Tierra y ayudar a los científicos a pronosticar con mayor precisión los cambios climáticos, especialmente las condiciones que producen fenómenos extremos, será lanzado este miércoles por la Agencia Espacial Europea (ESA).

La misión Aeolus proveerá a los científicos datos sobre el comportamiento de los vientos en áreas remotas, como los océanos, que no se han podido obtener a partir de globos aerostáticos, estaciones en tierra y aviones, pero que resultan cruciales para anticipar patrones climáticos y sus alteraciones. Los pronósticos, por supuesto, todavía son limitados, pero entonces ciertamente podremos entender mejor los procesos que dan paso a fenómenos climáticos extremos, señaló Paolo Ferri, jefe de operaciones de la misión en la ESA. Muchos científicos advierten que el calentamiento global generará olas de calor, lluvias y tormentas más frecuentes e intensas, lo que provocará daños por miles de millones de euros y costará miles de vidas humanas cada año. Una mejor predicción de las tendencias climáticas permitirá a los científicos alertar a la población cuando los huracanes se dirigen hacia sus territorios y calcular la aparición o intensidad de fenómenos climáticos como El Niño, que puede destruir cultivos, ocasionar incendios y provocar inundaciones. El satélite Aeolus -nombrado así por el personaje de la mitología griega designado como guardián de los vientos- debe partir desde el puerto europeo de Kourou, en la Guayana Francesa, a bordo del cohete Vega, a las 21:20 GMT de este miércoles. El lanzamiento fue aplazado un día debido a las malas condiciones del tiempo en el puerto. Aeolus estará equipado con una herramienta llamada Aladin, el apodo para Instrumento Láser de Medición Atmosférica, que integra un enorme telescopio y un sensor altamente sensible para sondear la atmósfera. Los científicos esperan que la misión Aeolus entregue la primera serie de datos a una estación en terreno situada en Svalbard, Noruega, a principios del próximo año y que se mantenga operativa por un periodo de entre tres y cuatro años.