El Mañana / Staff.- Pese a su avanzada edad, todas las mañanas, Adriana Ramírez, sale muy temprano a recolectar botellas de aluminio y plástico así como algunas otras cosas de "valor" que pudiera encontrarse en los botes y contenedores de basura que encuentra a su paso en las colonias Doctores, Jardín y Leones entre otras.
Sus manos y rostro delatan el paso de los años y las carencias que enfrenta desde su juventud, esta mujer que diariamente sale en busca de PET y aluminio para poder sobrevivir.
Sin ninguna protección y con un carrito para mandado, todos los días sale muy temprano del sitio donde le permiten dormir en la colonia La Presa e inicia la colecta de aquellos artículos que considera de "valor".
De corta estatura, 1.40 metros aproximadamente, Adriana Ramírez inicia su jornada antes del amanecer y para el mediodía termina su labor, la colecta de latas de aluminio y Pet así como algunos otros artículos que considere que pueden ser vendidos o que le pueden servir para vestir, calzar o utilizar.
Mencionó la entrevistada que está familiarizada a los malos olores que se generan en los botes de basura y que no utiliza ningún tipo de guante o protección en las manos, ya que asegura esta acostumbrada a realizar dicha labor desde hace varios años.
Adriana Ramírez está familiarizada a los malos olores que se generan en los botes de basura.
NUNCA SE CASÓ
Detalló que vive sola, que nunca se caso ni tuvo hijos, aunque si cuenta con varios hermanos, quienes asegura no la apoyan desde que sus padres fallecieron.
Tras reconocer que no sabe leer ni escribir, dice que encontró en la colecta de PET y aluminio una forma de ganarse la vida, aunque asegura que hay días en que solo toma agua debido a que no cuenta con recursos para poder comprar algún alimento.
La entrevistada, quien no recuerda su edad, precisa que algunas personas que ya la conocen le juntan las latas y el PET en una bolsa diferente al resto de la basura y eso le evita el tener que meter sus manos a los contenedores.
Agradeció a esas personas tanto de casas-habitación como de empresas, talleres o negocios que la ayudan colectando el PET y latas de aluminio, incluso asegura que en ocasiones personal militar le ayuda con dinero para que compre comida.
Sus pies, manos, rostro y piel en general evidencian el paso de los años pero también las inclemencias del tiempo, mismo que le han dejado una marcada huella.
Adriana Ramírez asegura que viste y calza con los desechos que se encuentra en los botes y contenedores de basura, pues lo que le pagan por las latas de aluminio lo utiliza para comer.
SE QUEDA SIN COMER
Reconoce que en ocasiones son escasas las latas que logra colectar y en consecuencia no logra comer, ya que la paga por cada kilo de aluminio es de 18 pesos.
La falta de piezas dentales frontales, aunado a un problema de lenguaje, hace complejo el entendimiento de sus palabras, pero no imposible, por ello solicita a quien la vea transitar por las calles de la colonia Doctores ropa, zapatos y alimentos que no requieren preparación o cocimiento debido a que no tiene un domicilio fijo para pernoctar, ya que duerme en sitios que le permiten pasar la noche.
Cabe mencionar que la falta de cultura del reciclaje en Reynosa como en el resto del país, propicia que un porcentaje de la población, tal y como lo hace Adriana Ramírez, viva de la recolección de latas, aluminio, cartón y vidrio entre otros artículos que son desechados en los botes de basura doméstica.
México se encuentra entre los principales consumidores de bebidas embotelladas en el mundo y de las 800 mil toneladas de PET que se producen cada año solo el 15 por ciento se recicla.
En tanto en Reynosa una empresa local recicla entre 30 y 35 toneladas de envases plásticos semanalmente.