CANBERRA, Australia — Cientos de personas habían buscado a Anthony “AJ” Elfalak, quien padece de autismo y es incapaz de comunicarse verbalmente, desde que desapareció la mañana del viernes de la propiedad de su familia cerca de la localidad rural de Putty, al norte de Sydney.
La tripulación de un helicóptero de la policía lo encontró sentado en un arroyo poco profundo hacia el mediodía del lunes, a unos 470 metros (1.540 pies) de su casa, informó la superintendente de policía, Tracy Chapman.
El menor se encontraba en buen estado pero fue trasladado al hospital para observación, señalaron paramédicos.
Su padre, Anthony Elfalak, dijo que AJ recibió piquetes de hormigas, tenía salpullido por los pañales y sufrió abrasiones.
“Es un milagro”, dijo el padre a los reporteros, después de que él y su esposa, Kelly, se reunieron con su hijo.
“Está aferrado a su mamá. Tan pronto como la escuchó, abrió los ojos, la vio y se quedó dormido”, relató.
AJ fue encontrado en una zona que ya había sido inspeccionada. La policía asume que pasó todo el tiempo en el bosque, dijo Chapman.
Su capacidad para encontrar agua potable fue clave para sobrevivir, debido al riesgo de deshidratación, añadió Chapman. Por las noches, la temperaturas en la zona descienden hasta los 6 grados Celsius (43 Fahrenheit).
AJ estaba de rodillas en el arrollo cuando un funcionario del Servicio Estatal de Emergencias llegó hasta él y le puso una mano en el hombro, dijo el inspector de la dependencia, Simon Merrick.
El funcionario “aseguró que él lo volteó a ver con una enorme sonrisa que no olvidará jamás”, contó Merrick.
El paramédico que examinó a AJ, Gerry Pyke, lo describió como un “pequeño superviviente”.
“El estado del pequeño AJ es sobresaliente”, dijo Pyke. “Estaba muy, muy agradecido. Lo noté en su mirada”.
AJ durmió en una ambulancia tras reunirse con sus padres, y despertó hambriento.
“Se comió tres rebanadas de pizza y un plátano, así que está muy bien”, declaró Pyke.