Ciudad de México
Las mujeres centroamericanas que deciden huir hacia México o Estados Unidos saben que en el camino pueden ser violadas y enfrentar otro tipo de agresiones, pero asumen ese riesgo porque es peor lo que viven en sus países, según denuncian activistas.
Silvia Raquec, de la Asociación Pop No’j, una ONG de Guatemala que trabaja con comunidades indígenas, contó a Grupo REFORMA que las mujeres que migran hacia el norte lo hacen para “salvaguardar sus vidas”.
Según ONU Mujeres, hasta 80 por ciento de las migrantes experimenta alguna forma de violencia sexual en su tránsito.
“Nos impacta la situación de adolescentes, de jóvenes, que cuando deciden migrar se inyectan una solución para no quedar embarazadas, porque ya está como la idea de que esa situación de violación sexual va a ocurrir en algún momento de la migración”, dijo Raquec en entrevista.
“No les queda otra salida más que migrar, y si en la situación de migrar también van a sufrir violencia, van a buscar la mejor manera de ellas también protegerse porque su misión es llegar a Estados Unidos, no sólo a mejorar sus condiciones de vida, sino que también a salvaguardar su propia vida”.
El territorio estadounidense es por mucho el destino preferido de los centroamericanos.
Según datos del último informe global de la Organización Internacional para las migraciones, en 2017, más del 90 por ciento de los indocumentados provenientes de Centroamérica vivía en Estados Unidos.
Las razones para dejar su lugar de origen son en su mayoría la violencia y la inseguridad, la pobreza y la reunificación familiar.
Y en Centroamérica, las mujeres se ven doblemente afectadas, por un lado debido a las dificultades económicas y por otro debido a diferentes tipos de violencia, como la doméstica, de pandillas y por parte del Estado, que no les ofrece mecanismos de protección, acusan defensores y expertos.
Los datos del Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe respaldan este planteamiento.
Honduras es el país de la región con la mayor tasa de feminicidios, con 6.2 por cada 100 mil mujeres, de acuerdo con los datos más actualizados de 2019. En tercer lugar está El Salvador, con 3.3; y en séptimo se encuentra Guatemala, con 1.8.
“Un perfil común es una persona que está huyendo de violencia intrafamiliar, o violencia de alguna pareja, novio o esposo”, explicó Daniel Berlin de Asylum Access México.
“También hay muchas mujeres que están huyendo, en particular de El Salvador y Honduras, también de Guatemala, de pandillas. Hay muchos casos de reclutamiento de niñas para fungir como novias en las pandillas, también reclutamiento de niños, entonces las mujeres quieren salir para proteger a sus hijos”.
Recientemente, el Gobierno estadounidense, Joe Biden, eliminó la interpretación del ex Fiscal General de la Administración Trump Jeff Sessions que determinó que la violencia de género y la violencia por pandillas no eran una causa válida para solicitar asilo, un cambio que podría beneficiar a las mujeres en particular.
Sin embargo, con la vigencia del Título 42, que impide -por razones pandémicas- que casi cualquier persona indocumentada que llegue a Estados Unidos solicite asilo, el efecto es mínimo.
“La decisión de no aplicar estas dos interpretaciones del Gobierno de Trump sí es un paso adelante, pero sólo va a beneficiar a las personas que están en Estados Unidos para que puedan hacer sus solicitudes allá”, dijo Berlin.
“Entonces hay miles, miles de personas, que no van a poder aprovechar hasta que ya no exista el Título 42”.