BEIJING
A dos días de la ceremonia inaugural, el comité organizador confirmó el miércoles un total de 32 nuevos contagios — 15 detectados en pruebas realizadas en el aeropuerto y 17 dentro de las burbujas olímpicas. En los últimos tres días, el promedio diario fue de 31 nuevas infecciones.
Nuevo de los positivos fueron de deportistas y miembros de los equipos, mientras que los otros 23 eran “partes interesadas”, una categoría que abarca a trabajadores y prensa. Los deportistas que se contagien ahora podrían perderse las competencias.
De los 232 positivos registrados desde el 23 de enero, 11 fueron atendidos en el hospital por algún síntoma, aunque “ninguno de ellos está grave”, afirmó el asesor médico olímpico Brian McCloskey.
La cifra general no es preocupante para los Juegos, afirmó McCloskey, que dirige el comité de expertos médicos de la organización.
“Casi todos los países del mundo tienen en este momento un conteo de casos de COVID mayor que el de China”, dijo, explicando que el riesgo de detección es mayor en el aeropuerto y disminuye de forma constante.
Todos los deportistas, autoridades y trabajadores se someten a una prueba PCR diaria, y el martes se efectuaron más de 65.000. Todos viven alejados de la población en lo que la organización califica de comunidad de circuito cerrada.
“En los primeros días en la comunidad cerrada el riesgo sigue siendo un poco más alto porque la población incuba la enfermedad muy lentamente”, apuntó McCloskey.
Tras pasar unos cinco días en el entorno olímpico, “el riesgo baja al equivalente al riesgo entre la población local: muy, muy bajo”, afirmó.
China ha aplicado una política de tolerancia cero durante la pandemia, que comenzó a partir de un brote inicial en la ciudad de Wuhan, en el centro del país, hace más de dos años.
Los asesores olímpicos buscan también las tendencias más allá de las simples estadísticas durante los Juegos.
“El principal desafío no es el número de casos, sino la indicación de que se están propagando dentro del circuito cerrado”, señaló McCloskey, quien se centra en detectar los casos conectados de transmisión comunitaria que podrían amenazar la celebración de pruebas. “Obviamente, ahora mismo no estamos cerca de ese nivel”.