Ciudad de México
El Partido de la Revolución Democrática buscar sobrevivir otro trienio. Conservar la Gubernatura de Michoacán es su reto más importante en esta elección, así como elevar su porcentaje de votación y lograr una representación menos magra que la que ha tenido en la Cámara de Diputados en la 64 Legislatura.
Colocó candidatos en 70 de los 219 distritos pactados en la alianza con PAN y PRI. La apuesta es ganar en al menos 25 y generar 10 plurinominales, para una bancada de 35 en la nueva legislatura.
Para las elecciones de 2018, el partido del azteca enfrentó un sinnúmero de desprendimientos y renuncias de militantes y perdió fuerza territorial.
Ese año, el PRD perdió los gobiernos de la Ciudad de México, Morelos y Tabasco. Solo le quedó Michoacán, con Silvano Aureoles.
La polémica coalición con PAN y Movimiento Ciudadano le dejó solo 20 diputados, la representación más baja de su historia.
Obtuvo 2.9 millones de votos, lo que le significó el 5.2 por ciento de la votación nacional para la Cámara baja.
La crisis para el PRD no paró. En menos de un año, Morena se hizo de la mayoría calificada en Cámara de Diputados cooptando a 10 diputados perredistas, que se incorporaron a ese grupo mayoritario, al PT o al PVEM.
La fracción perredista se quedó con 11 diputados, contando a un ex morenista.
Carlos Herrera, ex Alcalde de Zitácuaro y ex secretario de Gobierno estatal, es el abanderado para mantener la plaza de Michoacán, en alianza con PRI y PAN.
Camerino Márquez, secretario de Organización y Planeación Estratégica del PRD, señaló que la inercia de los resultados estatales ayudará a obtener más triunfos en los distritos federales y otros cargos locales.
Sostuvo que su partido mantiene arraigo en varias entidades, a pesar del crecimiento que tuvo Morena.
"Vamos incrementando simpatías en Oaxaca, podremos ganar en la Cuenca, la Costa, vamos a tener buenos resultados en los valles centrales; en Guerrero el PRD tiene mucho arraigo", apuntó.