Ciudad de México.
El mundo está maravillado y habla de Beth Harmon. Para quien aún no haya escuchado su nombre, se trata de la joven huérfana y adicta a los narcóticos que se convierte en prodigio del ajedrez, personaje central de Gambito de Dama, la serie limitada que, sin mayor estrategia, sorprendió al ser la más vista de Netflix.
De acuerdo con la plataforma, 62 millones de hogares vieron la producción durante sus primeros 28 días, una cifra que para Anya Taylor-Joy, la actriz protagónica, es aún incomprensible, pero suficiente para conmoverla, hacerla sentir agradecida y que, aunque se lo reserve, enmarque el papel más importante hasta el momento en su carrera, que suma seis años.
“Honestamente, he sido muy afortunada. Estuve filmando hasta hace unos días, pero he recibido llamadas de personas que me dicen: ‘Todo el mundo habla del show, tu vida cambió’. “Pero sigo haciendo lo que amo, mi realidad es bastante similar, no sé, pero algo por lo que sí doy gracias es que cuantas más películas hago y más tiempo paso realizando este trabajo, tengo mayor certeza de que lo estoy haciendo por las razones correctas”, asegura la actriz, en entrevista por videollamada.
Lo cierto es que entre su atípica belleza y su capacidad histriónica, las miradas también se han posado sobre la nacida en Estados Unidos, de raíces británicas y argentinas, que ha hecho de su carrera un juego casi perfecto desde que debutó en la película La Bruja (2015).
“Cuando estoy en el set es cuando más feliz me siento, creando, no hay otro lugar en el que quisiera estar, y me siento muy afortunada de que tengo la oportunidad de hacerlo porque es lo que siempre había querido”, agrega la joven, de 24 años.
PARTIDA GANADA
Basada en la novela homónima de Walter Tevis, la serie, creada por Scott Frank y Allan Scott, puso frente a Anya a una joven atormentada, movida por la obsesión, dependiente del alcohol y los tranquilizantes, determinada y dispuesta a conquistar el mundo del ajedrez.
Un personaje que, como admite la ganadora del Trophée Chopard de Cannes, es diametralmente distinto a ella. Sin embargo, guarda con él ciertas semejanzas que hicieron de su creación un proceso orgánico y, por momentos, bastante catártico.
“En el primer momento en que la leí en el libro, apareció. Algo que tuve que aprender mientras filmaba fue separar sus emociones de las mías porque éramos tan cercanas que, si ella tenía un día malo, yo también, y no había razón, porque las cosas conmigo estaban bien.
“Tuve que aceptar que, porque estábamos tan unidas, se lo tenía que permitir y aceptar que fuera un día malo para mí”, recuerda la actriz.
Quizás por eso, y aunado a los valores de producción, el show ha obtenido calificaciones excelentes entre los sitios de críticas especializados, como Rotten Tomatoes, destacando las actuaciones, el guión, la dirección y el diseño de vestuario.
Gambito de Dama también ha tenido una respuesta positiva por parte de la comunidad ajedrecística y ha generado un interés de las masas por el tablero de los 64 escaques, con todo y que la propia Anya no es ni de cerca una experta en ello.
“Originalmente me dieron este enorme libro, que tenía todos los movimientos del juego, para el show. Me senté y me los aprendí, pero el primer día llegué y decidieron cambiar las reglas. Y dije: ‘No, no voy a poder hacer esto’.
Así que aprendía las jugadas cinco minutos antes de que las hiciera; afortunadamente, mi memoria a corto plazo es bastante buena, y, como bailarina, también soy buena con las coreografías, porque básicamente eso es lo que haces con tus dedos. “Fue algo que amé, sobre todo, las partidas rápidas fueron regocijantes y gratificantes.
Uno de los momentos en que más orgullosa me sentí en el set fue la escena en la que estamos jugando ajedrez rápido en los tres tableros. Cuando salió la escena por primera vez, me emocioné mucho”.