En su constante ir y venir en la literatura rusa, el escritor Alberto Ruy Sánchez (Ciudad de México, 1951) dio con ella y decidió ir a fondo para saberlo todo al respecto.
"Es uno de los personajes principales que me saltaron al leerla, entre otras cosas porque soy marido de una feminista de los años 70, de Margarita, que es mi esposa. Aprendí a escuchar y a tratar de ser sensible a voces que no solamente eran distintas sino que tenían una semilla de rebeldía frente a muchas de las sujeciones patriarcales", narra el autor, quien recientemente publicó El expediente de Anna Ajmátova, bajo el sello de Alfaguara.
Con esta inquietud comenzó a indagar en archivos abiertos de expedientes policiacos de esta poeta rebelde, asediada por la cultura machista de su tiempo, la soledad y el régimen comunista.
"El padre le prohibía escribir porque iba a avergonzar su nombre y ella por eso decide cambiarse el nombre y reinventarse como un personaje completamente distinto, pero fiel a sí misma.
"Tenía una idea de fidelidad absoluta que no tiene que ver con la fidelidad familiar o con el hombre, ella tuvo los amantes que ella quiso, cuando ella quiso como ella quiso, en eso no había quien le pusiera restricciones, ni los maridos celosos ni el tirano (Josef Stalin) enamorado de ella en su tiempo", cuenta el autor de La mano del fuego y Los jardines secretos de Mogador.
Los escritos de Anna hablan de las trágicas consecuencias de la Revolución Rusa de 1917 y como, en 1921, su primer marido, el también poeta Nikolái Gumiliov, fue acusado de conspiración y fusilado. Más tarde, su hijo fue arrestado y deportado a Siberia. Y su último marido, Punin, murió de agotamiento en un campo de concentración en 1938.
"Era un personaje emblemático y lo que para mí la hacía más interesante era que encontrábamos en ella una voz poética muy fuerte, el libro es la aventura de una mujer joven buscando su propia voz, esa voz que ella encontró fue la que le dio fuerza ante todas las adversidades que viviría después. Tuvo conciencia de que la poesía verdadera es de tal naturaleza que te da fuerza, es la música que llevas dentro y que te protege ante el ruido del mundo", relata Ruy Sánchez.
En ese sentido, El expediente de Anna Ajmátova es un título que refleja la vida literaria en la ciudad rusa de San Petersburgo. De la forma en que Ajmátova era amada por las jóvenes de su tiempo, incluso desde antes de publicar libros, por la presencia que tenía y la forma en la que ella leía.
Y aunque se basa en la Rusia del siglo pasado, para Ruy Sánchez la literatura hace que todo ese paisaje frío y turbulento, se sienta cerca.
"Cuando tú tocas dimensiones literarias profundas, eso se vuelve internacional, hay dimensiones de nosotros que no tienen pasaporte, la literatura y la poesía exploran esas dimensiones humanas que otros discursos no pueden", concluye el también poeta y editor.