En pleno día conmemorativo de la Independencia de Estados Unidos, el 4 de Julio, agentes de seguridad de la Aduana norteamericana y elementos de los Custom Border resguardaron con barricadas las inmediaciones del puente internacional Reynosa-Hidalgo.
Como si fuera una situación de guerra, o se temiera una invasión desde el lado mexicano, el escenario estaba montado con barricadas, conos y alambres de púas como en las mejores películas de conflictos armados en Europa, África, China o Centroamérica.
Los carriles de dos y tres vehículos fueron reducidos a un solo automotor, y se montó una pequeña aduana, por donde sólo podía pasar un viajero que se dirigiera a Estados Unidos.
Como un comando armado de élite digno de una aventura propia de series de televisión americanas, así se evidenciaba con la instalación de los retenes en los cruces binacionales de esta ciudad con la vecina localidad, nombrada en honor del Padre de la Patria mexicana, Don Miguel Hidalgo y Costilla.
No era para menos, pues la noche del miércoles decenas de cubanos intentaron entrar por la fuerza a Hidalgo, la vecina ciudad de Estados Unidos.
Esta vez la invasión a Estados Unidos no fue por el mar, como hace años que los residentes de la isla socialista del caribe entraron algunos con éxito por la península de Florida al país del sueño americano.
Este jueves el sol salió y con ello se disiparon las amenazas de invasión al país de las oportunidades, solo patrullas de la Policía Federal del lado mexicano y comandos estadounidenses del lado norte del puente Reynosa-Hidalgo.
PANORAMA. Como si fuera una situación de guerra o se temiera una invasión del lado mexicano.