Un incendio fuerte en el sureste de España pudo más que 38 aviones hidrantes y el viernes arrasaba por segundo día una zona boscosa. Un oficial de bomberos lo calificó de “monstruo hambriento”.
Vientos fuertes y temperaturas de hasta 30 grados dificultaron las tareas de los bomberos además de lo desparejo del terreno.
El incendio ha consumido más de 3.600 hectáreas de bosques, lo que ha provocado la evacuación de 1.000 personas y la muerte de un bombero. Se dijo a los pobladores de algunas aldeas que permanecieran dentro de sus casas y con las ventanas cerradas debido al humo espeso.
“Lo que tenemos es un monstruo hambriento”, dijo Alejandro García, el subdirector del Centro Operativo Regional del Plan de Prevención y Extinción de Incendios de Andalucía (INFOCA).
“Lo que pretendemos es confinarlo, encerrarlo dentro de unas líneas de control para intentar abatirlo, que sería la fase de extinción pura y dura”, agregó.
Añadió que el pronóstico meteorológico es desfavorable, con mucho viento.
Cientos de bomberos trabajaron durante la noche para remover materiales inflamables y abrir cortafuegos en las colinas boscosas de la provincia de Málaga. Se investiga la posibilidad de que se trate de un incendio intencional.
Las llamas estallaron el miércoles por la noche y se propagaron el jueves con ayuda de vientos de hasta 50 kilómetros por hora que cambiaban de dirección constantemente.
El servicio de emergencia regional de Andalucía dijo que 1.004 vecinos de Estepona, una concurrida población turística y otros tres municipios tuvieron que trasladarse a casas de familiares o a refugios improvisados en pabellones.
Un bombero de 44 años murió el jueves combatiendo las llamas.
Los incendios, tanto naturales como intencionales, son comunes en el sur de Europa durante los meses cálidos y secos del verano.
Desde el principio de 2021 al 29 de agosto las llamas han consumido unas 74.200 hectáreas de bosques y matorrales en el país, según datos del ministerio de Transición Ecológica español.