La inyección de gas en el sureste del país cada vez es menor y los trabajos que realizaría el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para aliviar la escasez han sido insuficientes.
Hasta el 6 de junio, esa zona del país recibía mil 446 millones de pies cúbicos diarios de gas, e incluso, en esa misma fecha, pero del año pasado, la inyección fue menor, con mil 396 millones, según datos de la Secretaría de Energía (Sener).
En 2018, la inyección para esa misma fecha fue de 2 mil 172 millones de pies cúbicos por día.
De acuerdo con las proyecciones de la misma Sener, la demanda prevista para la región en 2021 es de 2 mil 864 millones de pies cúbicos diarios.
Los proyectos con los que, supuestamente, se resolverá el problema de abasto son el gasoducto Cuxtal l -que conectará del ducto Mayakan al Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural (SISTRANGAS)-, así como la reconfiguración de la estación de compresión Cempoala. Ambos ya entraron en operación.
Sin embargo, también se requiere de otras dos centrales de compresión, Lerdo y Tecolutla, las cuales, según el Plan Quinquenal de Expansión del Sistrangas 2020, entrarán en operación en 2021, pero no se define una fecha específica.
Las centrales tienen el objetivo de fortalecer la operación de Cempoala para llevar gas natural al sureste.
En respuesta, el Centro Nacional de Control de Gas natural (Cenagas) ha inyectado gas por la elevada demanda en la región, principalmente del sector eléctrico.
David Rosales, experto en energía, dijo que con este panorama, y la cada vez menor producción de gas natural por parte de Pemex, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no podrá alimentar las dos nuevas centrales que actualmente tiene en licitación, Mérida y Valladolid, las cuales sumarán una capacidad instalada de mil 546 megawatts para aliviar los problemas eléctricos de la zona.