Alejandro Fernández revalora su ámbito personal y profesional tras accidente, así lo afirma previo a su concierto en Las Vegas

“Lo que me fracturó la costilla fue lo que me salvó la vida”, cuenta en entrevista Alejandro Fernández, refiriéndose al cinturón de seguridad, que evitó que saliera disparado del vehículo en el que se accidentó la madrugada del 2 de septiembre.

La historia, reitera, es conocida: su camioneta derrapó y se volcó cuando iba rumbo a su casa, después de una reunión con amigos. Todo, rememora, pasó muy rápido, al grado de que pensó que no sobreviviría para contarlo. “Dicen que cuando pasas momentos así, ves toda tu vida recorrer en un instante, y este accidente fue tan fuerte que pensé que no la contaría. Cuando sucedió, estaba esperando el golpe final para desconectarme”, admite, mientras apoya la mano izquierda en un bastón de madera para amortiguar el peso de su pierna lastimada.“Más que ver la vida pasar en un instante, lo único que me pasó por la cabeza fue sobrevivir. Creo que cuando te vas a ir (de este mundo) piensas en tu familia y comienzas a lanzar bendiciones, pero cuando tienes ganas de sobrevivir, ves la forma de escaparte”.Alejandro reflexiona en su camerino, que está ocupado también por amigos, su manager y músicos del mariachi Real de México, con quienes había estado vocalizando previo a su regreso a los escenarios.Se muestra tranquilo, pero se nota que contiene su energía por cantarle de nuevo al público en las Fiestas Patrias.“La verdad es que no tengo nada que reprocharle a la vida ni a Dios, logré salir con vida, me cayó la camioneta encima de una pierna y pensé que la perdería y, afortunadamente, estoy de pie y puedo regresar a los escenarios”, cuenta.Hace hincapié en que el susto lo hizo revalorar cosas en el ámbito personal y profesional: cómo querer ser un mejor hijo, un mejor padre y mejor cantante.“Me mantiene de pie estar con mi familia, tener más tiempo para mis padres y mis hijos, también seguir amando la vida. pero sobre todo, lo que sigo haciendo: el canto. Para mí, siempre será una válvula de escape”.Sobre su accidente circularon muchas versiones, algunas afirmaron que él iba manejando y alcoholizado, pero Alejandro está consciente de que lo que diga la gente no puede cambiarlo.Tampoco, sostiene, puede dejarse ver afectado por los rumores. Salir a cantar bien basta para demostrar su mejoría.“Así fue como pasó, es lo único... ¡así fue! Ya si quieren sacar más historias, pues allá ellos...”, sentencia.¿Cabos sueltos? Ninguno, sólo vivir el presente, dice con una ligera sonrisa. Su público aguarda afuera en el Events Center del Mandalay Bay y los gritos que lo claman se filtran al abrir la puerta. Es tiempo de salir y darle al público lo mejor de su música.