Ahora todo es diferente…

José Juan, el rostro de la contingencia sanitaria, sin sustento para llevar a su casa

“Ya con que salga para comer es suficiente, de esto vivimos mi esposa y yo, es difícil la situación que se vive”, dijo José Juan Lozano, comerciante de artículos de pesca. 

Desde hace 11 años, don José se coloca en el acceso que va al centro recreativo La Playita, donde vende artículos de pesca que van desde cañas, trasmallos, cañas, hilo, atarrayas, anzuelos y todo lo esencial para los que les gusta realizar la actividad. 

Cada año arriban miles de personas a las instalaciones para pasar estos días en familia, a la orillas del río Bravo, pero ahora todo es diferente ante la pandemia del Covid-19, ya que hay aislamiento social y se ha cerrado La Bocatoma. 

Don José se instaló desde el miércoles para aprovechar como todos los años, los días Santos, pero debido a que La Playita está cerrada, no hay familias que acudan y no hay ventas. 

“Es difícil porque mire cómo está la cosa, así como entramos salimos, sin nada, es el único trabajo que tengo, mis hijos ya están grandes pero mi esposa y yo vivimos de esto”, expresó el comerciante que cumplió 69 años de edad.

Explica que en temporadas buenas sí se vende, pero en estos nada y “aparte uno no recibe apoyo del Gobierno Federal”, lamentó.

“Me apunté al programa 65 y Más y nada, lo mismo, para nada, no hay más aguantar aquí, hasta ver donde llegamos, estamos boca abajo”, recalcó. 

Don José Juan mantiene la esperanza de que al menos algunas familias acudan a pescar al río Bravo, para poder obtener algo y llevar el sustento a su hogar. 

“Es la primera vez que pasa algo crítico, desde hace mucho tiempo que vengo aquí”, finalizó el comerciante.