Ahora, a gobernar con la sombra del narco

Las cifras de los políticos asesinados son indicativas: 89, de los cuales 35 eran precandidatos o candidatos

Ciudad de México.- La presencia de los cárteles del narcotráfico en vastas regiones del país es tal que las nuevas autoridades estatales y municipales que surjan de las votaciones de este domingo 6 no podrán soslayar un hecho: la gobernabilidad en sus respectivos territorios transita por la criba del crimen organizado.

Así lo advierten analistas consultados por Proceso, algunos de los cuales van más allá: no sólo ven a estas organizaciones como un factor de poder, sino que consideran que algunas entidades –como Jalisco– son ya “narcoestados”.

Las cifras de los políticos asesinados son indicativas: 89, de los cuales 35 eran precandidatos o candidatos. De estos últimos, 30 aspiraban a algún cargo municipal, el primer eslabón donde el crimen organizado busca influir imponiendo directores de policía, de obras e infraestructura y de “alcoholes” (los que emiten registros para giros negros y casinos).

Los analistas consultados coinciden en que el primer desafío será el tema de la seguridad y la presencia del crimen organizado en los 15 estados donde se renovaron las gubernaturas y 20 mil cargos locales, entre síndicos, presidentes municipales, regidores y diputados locales.

 

CASOS IMPACTANTES

Los casos más impactantes de candidatos asesinados –pues se grabaron en el momento en que se cometía el crimen o cuando estaban cubiertos de sangre sobre el asfalto– fueron los de Alma Barragán, de Movimiento Ciudadano (MC) para la presidencia municipal de Moroleón, Guanajuato, zona controlada por el Cártel de Jalisco Nueva Generación; y el asesinato de Abel Murrieta, aspirante del mismo partido al gobierno de Cajeme, Sonora, área controlada por Los Salazar, brazo armado del Cártel de Sinaloa y de la rama lidereada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

El partido con más políticos muertos fue Morena, con 11; seguido por PAN, con seis; PRI, con cinco; MC, con cuatro; PRD, con tres; PVEM, con dos, y Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas, con uno cada uno, más otro independiente.

Los estados con mayor número de candidatos asesinados fueron: Veracruz, ocho; Oaxaca, cuatro; Jalisco, Michoacán y Guanajuato, tres cada uno; Guerrero, Morelos y Quintana Roo, dos cada uno; mientras que Chiapas, Baja California, Sonora, Nuevo León, Tamaulipas, Querétaro, San Luis Potosí y Chihuahua registraron cada uno un deceso.


“Narcodemocracia”

“Ahora estamos en el apogeo de una ‘narcodemocracia’, porque la delincuencia organizada desde hace algunos años, en algunos municipios de Jalisco, está decidiendo quién va a gobernar”, lamenta.

El académico de la UdG asegura que la delincuencia organizada impone servidores públicos por designación directa o por exclusión. En la primera, busca al candidato, si quieren continuar los deberán obedecer durante sus tres años de gobierno; rechazar la propuesta es sinónimo de amenaza de muerte, y “les cumplen”.

La exclusión, explica, es cuando los candidatos no aceptan y deciden por sí solos retirarse de la elección. Un ejemplo de ello ocurrió en Jilotlán de los Dolores, donde sólo permaneció en la contienda la planilla de Morena. Los candidatos de los 12 partidos que pudieron participar declinaron tras recibir amenazas.

Jiménez explica que el crimen organizado toma “el control de las presidencias municipales, y si lo pierde, tiene el control de las policías municipales (…) y después se va por el director de obras públicas u otras direcciones”.