NAIROBI.
El presidente de Tanzania finalmente reconoció que el coronavirus es un problema para su país, luego de meses de insistir que las plegarias derrotarán a la enfermedad.
El mandatario, John Magufuli, exhortó el domingo a la ciudadanía a tomar precauciones y a usar la mascarilla, pero sólo las fabricadas en el país.
Durante la pandemia, el mandatario ha expresado su desconfianza hacia productos hechos en el extranjero, particularmente las vacunas.
Los comentarios de Magufuli surgen pocos días después de que el país de 60 millones de habitantes se puso de luto tras la muerte del vicepresidente de la isla semiautónoma de Zanzíbar, cuyo partido político había anunciado que tenía COVID-19. El secretario de la presidencia también falleció en días recientes, aunque no se divulgó la causa.
Magufuli, en una alocución nacional el viernes con motivo del funeral del secretario de la presidencia, exhortó a la nación a pasar tres días rezando para derrotar a la “enfermedad respiratoria” que se ha convertido en un desafío para el país, aunque no la nombró específicamente.
Tanzania no ha actualizado sus cifras de coronavirus desde abril del año pasado y el presidente insiste en que la enfermedad ha sido derrotada. Oficialmente, la cifra de casos sigue siendo apenas 509, pero vecinos han reportado que mucha gente está sufriendo problemas respiratorios y los hospitales han visto un aumento de pacientes con “neumonía”.
El director-general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha unido su voz a las muchas que le piden a Tanzania tomarse en serio la crisis, para el bien de sus ciudadanos, de los países vecinos y de todo el mundo, especialmente luego que varios países han reportado que muchos ciudadanos de Tanzania han dado positivo al virus en sus territorios.