Desde vendedores de productos hasta fieles que acuden a pagar mandas, acudieron a los alrededores de la iglesia
Acuden feligreses a dar gracias a la ‘Morenita’. En la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe
Desde vendedores de productos hasta fieles que acuden a pagar mandas, acudieron a los alrededores de la iglesia
En el marco de las celebraciones del Día de la Virgen de Guadalupe, numerosos feligreses continuaban llegando ayer a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe con sus pequeños hijos vestidos a la usanza de Juan Diego, para darle gracias por la salud y bendiciones que les ha dado durante el año que está por concluir. Con esa devoción, el matrimonio Pardo Rico llegó a la iglesia acompañado de su pequeño hijo Ángel Tadeo de dos años, caracterizado como el indígena Juan Diego a quien, según la tradición católica, hace casi cinco siglos se le apareció la Virgen María un 12 de diciembre, en el Cerro del Tepeyac. Con su esposo Ángel Pardo cargando al niño, Elizabeth Rico manifestó: “Cada 12 de diciembre venimos a la Iglesia de la Virgen de Guadalupe para dar gracias por todo lo que nos ha dado. Desde que nació Angelito Tadeo lo traemos para agradecer todos los favores que nos ha hecho la virgencita, uno de ellos fue cuando yo estuve enferma, muy grave, y yo le pedí mucho a ella que me sanara. Gracias a Dios y a la virgencita hoy estoy aquí, dando gracias por el favor que nos cumplió”. La joven mamá, originaria de la localidad, subrayó: “Nos ha concedido todo los favores que le hemos pedido, por eso venimos todos los años, desde antes de que naciera el niño, para darle gracias a la virgencita”. Por su parte, Carlos Oropeza Saavedra, ministro de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, dijo que al ceremonial litúrgico de la Virgen de Guadalupe también llegan los niños vestidos de Juan Dieguitos, para celebrar el Día de San Juan Diego y pedir que les de salud. La última misa se celebraría a las 21:00 horas de ayer, la cual termina a las 22:00 “y ahí acaba todo”, dijo el ministro católico. Así concluye la celebración de la tradición católica más importante y de mayor culto en el país; el de la Santa Patrona de México, a quien la noche-madrugada del lunes multitudes de reynosenses le cantaron Las Mañanitas. La devoción a la Virgen de Guadalupe no conoce límites, pues miles de fieles realizan mandas entre las que destacan largos recorridos de rodillas, durante varios días, en peregrinaciones que confluyen ante su iglesia. Una familia de vendedores de flores provenientes del estado de Veracruz, devotos de la Virgen de Guadalupe, año con año acuden al lugar para comercializar sus producto y rendir devoción a su santa patrona. Luis Domínguez González, originario del municipio veracruzano de Cazones Herrera, dijo que desde hace más de seis años, junto con su papá, mamá, hermanos y cuñadas, vienen especialmente a celebrar la Virgen de Guadalupe. Como buenos creyentes, comentó que no les importa tanto las ganancias de la venta de flores, sino celebrar en familia a la Virgen de Guadalupe. “Ganamos la mitad de lo que invertimos”, subrayó Luis. Apuntó que en el negocio participa toda la familia y que también vienen a vender y celebrar el Domingo de Ramos y San Juditas, en la colonia La Cañada.
Visitan. La familia Pardo Rico acudió con su pequeño hijo, acudieron a dar gracias a la Virgen de Guadalupe por los favores recibidos.
A media calle. Un feligrés discapacitado contempla la majestuosidad de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.Ventas. En el pecho lleva plasmada su fe guadalupana el vendedor de flores, Luis Domínguez.