CIUDAD DE MÉXICO
Es una primera actriz y activista incansable con 54 años de carrera en el cine mexicano. Además de su trabajo en el séptimo arte es conocida por sus telenovelas y obras de teatro, por eso Ofelia Medina vale oro para el Premio Ariel.
En este año, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas decidió otorgar el Ariel de Oro a la nacida en Mérida, por su carrera sólida y prolífera en la que se ha desarrollado como actriz, guionista, productora y directora.
“Estoy muy agradecida. El Ariel lo da la comunidad cinematográfica, los miembros de la Academia que somos toda la gente que hemos trabajado en el cine, entonces recibir este abrazo de mi comunidad me alegra el corazón”, declaró Medina, de 71 años.
“En cine he desarrollado esta vida que empecé siendo actriz, después colaboré escribiendo y ahora ya dirigí dos películas”, expresó.
Ofelia debutó en 1968 con la película Pax?, de Wolf Rilla, aunque su primer protagónico en la pantalla grande llegó con Patsy, Mi Amor en 1969.
De buen humor y feliz durante la entrevista telefónica señaló que el apapacho que recibirá la llena de alegría.
La actriz será homenajeada en la edición 63 del Premio Ariel que se realizará el 25 de septiembre en una ceremonia transmitida por el Canal 22, a las 22:00 horas, en la que también será reconocido con un Ariel de Oro su paisano el sonidista Fernando Cámara.
“Como dato curioso, somos dos yucatecos los que vamos a recibir el Ariel de Oro. Ya dijimos que vamos a invitar panuchos (platillo típico de la región)”, comentó entre risas.
Ofelia ha sido galardonada con el Ariel en tres ocasiones: en 1985 a Mejor Actriz por Frida, Naturaleza Viva (1983); en 2005 a Mejor Coactuación Femenina por Voces Inocentes (2004); y en 2011 a Mejor Coactuación femenina por Las Buenas Hierbas (2010).
“Para mí siempre ha sido más importante la vida que la carrera cinematográfica. Y así lo demuestra mi vida y mi historia. Tengo 30 años luchando por la salud de la niñez indígena de México y lo hago junto con mucha gente de mi comunidad que saben, que son conscientes, que no somos solo esos actores de cine que no tienen cerebro ni conciencia.