LONDRES
Pero las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio con el bloque siguen estancadas, y las empresas dicen desconocer detalles cruciales sobre cuáles serán esos cambios.
Michael Gove, el ministro responsable de preparativos del Brexit, indicó que las conversaciones sobre comercio estaban “acercándose a la línea”.
“Desde luego hay una posibilidad de que no tengamos un resultado negociado, por eso es importante que las empresas se preparen para todos los escenarios”, dijo a ITV.
Gran Bretaña dejó la UE este año, pero sigue dentro del marco económico del bloque de 27 países durante una transición de 11 meses, mientras ambas partes intentaban negociar los nuevos términos de su relación comercial para que entraran en vigor el 1 de enero.
Las conversaciones ya han sobrepasado la fecha límite de mediados de noviembre que se había marcado para alcanzar un acuerdo a tiempo para que consiguiera aprobación parlamentaria de los legisladores británicos y europeos antes de final de año.
Los equipos que dirigen el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, y su homólogo británico, David Frost, se reunieron durante el fin de semana en Londres sin lograr avances. Los contactos continúan, y las autoridades británicas han dicho que esta es la última semana para cerrar un trato.
Ambas partes siguen enfrentadas en cuestiones clave como la resolución de futuras disputas y las cláusulas para garantizar una competencia en igualdad de condiciones, es decir, los estándares que debe cumplir Gran Bretaña para exportar a la UE.
El principal obstáculo parece ser la pesca, una pequeña parte de la economía pero con una gran importancia simbólica para las naciones costeras europeas. Los países de la UE quieren que sus flotas puedan seguir pescando en aguas británicas, mientras que Gran Bretaña insiste en que debe controlar el acceso y las cuotas de pesca.
Gove describió las demandas de la UE sobre pesca como “injustas”.
Si no hay acuerdo, el día de Año Nuevo traerá consigo cambios bruscos, con la imposición repentina de aranceles y otras barreras en el comercio entre ambas partes. Eso perjudicará a ambos, pero especialmente a Gran Bretaña, que hace casi la mitad de su comercio con la UE.
El gobierno británico ha lanzado una gran campaña de información, con carteles informativos y anuncios advirtiendo que “se está acabando el tiempo” y diciendo a las empresas que se preparen para los cambios del 1 de enero. Pero las empresas que comercian con la UE dicen que aún no saben qué condiciones afrontarán dentro de un mes.
“Hay mucho para lo que no me siento preparado porque no encuentro las respuestas en el sitio web del gobierno”, dijo James Greenham, director gerente de EMS Physio, que exporta equipamiento de fisioterapia.
“Vas al sitio web del gobierno y te lleva de un sitio a otro y después termina en una vía muerta”, dijo a la BBC. “No hay información. La decisión aún no se ha tomado”.
Las cosas serán más sencillas con un acuerdo, que eliminaría las cuotas y tarifas sobre los productos, aunque las empresas seguirán afrontando nuevas trabas y burocracia, como declaraciones aduaneras y controles de frontera.
Gove afirmó que “más del 80% de lo que necesita hacer un negocio” será igual tanto si hay acuerdo como si no.
“Pero de verdad quiero un acuerdo y creo que podemos conseguir uno”, añadió.