Wimbledon, Inglaterra
Sabemos que, por supuesto, Novak Djokovic puede perder partidos en Wimbledon y en los otros torneos de Grand Slam dado que ha sucedido —y de hecho sigue siendo una posibilidad.
Sin embargo, continúa demostrando, una y otra vez, que resulta insensato dudar de su supremacía en este momento.
Djokovic, primera cabeza de serie, extendió el viernes su racha actual de victorias consecutivas en Wimbledon a 20, la cual data de 2018, y 20 seguidas en todos los torneos major de esta temporada. El serbio se metió en aprietos y pudo salir de ellos frente a un oponente más joven y mucho menos experimentado para eliminar a Denis Shapovalov con un triunfo de 7-6 (3), 7-5, 7-5 y avanzar a la final en el All England Club.
Cada set fue apretado e intenso. Cada uno parecía estar al alcance de Shapovalov, pero terminaron siendo de Djokovic.
“No creo que el marcador diga mucho sobre la actuación y el partido”, afirmó Djokovic, que salió adelante de las cinco oportunidades de rompimiento en contra en el segundo set, y de las tres del tercero.
Luego, al hablar sobre Shapovalov, un canadiense de 22 años, Djokovic dijo: “Vamos a ver mucho de él en el futuro, definitivamente”.
Y ahora, si logra vencer a otro rival nuevo en estas etapas, el italiano Matteo Berrettini, en la final del domingo, Djokovic se llevará un sexto título de Wimbledon —su tercero en fila— y, lo que es mas importante, un 20mo título de Grand Slam que lo pondría a la par de Roger Federer y Rafael Nadal, con quienes se disputa el mayor número de campeonatos de la rama varonil en la historia del tenis.
Y aparte esto: El serbio de antemano ganó el Abierto de Australia en febrero y el Abierto de Francia en junio, por lo que con un triunfo en Wimbledon habrá cubierto exitosamente tres cuartas partes del año calendario del Grand Slam, con tan solo el U.S. Open restante.
Pero primero lo primero. Será la 30ma final de Djokovic de un torneo major, la primera para Berrettini. Tal como fue la 41ta semifinal de Djokovic en un major y la primera de Shapovalov.
Los aficionados vitorearon en italiano en la Cancha Central en apoyo a Berrettini cuando éste se enfilaba a convertirse en el primer finalista de Italia de un torneo de Grand Slam en 45 años.
Con base en potentes servicios que le valieron 22 aces, y fuertes remates de derecha que ayudaron a compilar un total de 60 winners, Berrettini, séptimo preclasificado, tuvo una racha de 11 games para tomar un amplia ventaja y posteriormente resistir ante el polaco Hubert Hurkacz, al que venció 6-3, 6-0, 6-7 (3), 6-4 en la primera semifinal de Wimbledon.
“No tengo palabras. Realmente, sólo gracias. Y creo que necesitaré un par de horas para comprender lo que sucedió”, declaró Berrettini en entrevista a ras de cancha. “Sólo sé que ofrecí un gran partido.... Nunca soñé con esto porque era demasiado, incluso como un sueño”.
El italiano de 25 años ha creado un domingo deportivo increíble desde Londres para Italia. Después de jugar la final Wimbledon esa tarde —la primera para un hombre italiano en un torneo desde que Adriano Panatta conquistó el Abierto de Francia en 1976— la selección de fútbol de Italia enfrentará a la de Inglaterra en el Estadio Wembley en la final del Campeonato Europeo esa noche.
“Hasta hora, ha sido el mejor día de mi vida, en cuanto al tenis se refiere”, aseveró Berrettini, que perdió su única semifinal importante previa en el U.S. Open de 2019. “Esperemos que el domingo sea aún mejor”.
El italiano se encuentra en una racha de 11 triunfos consecutivos en canchas de césped, incluyendo un título en el Queen’s Club el mes pasado que sirvió de preparación para Wimbledon, y donde se convirtió en el primer tenista hombre desde Boris Becker en 1985 en ganar un trofeo en su debut en ese evento. Becker logró conquistar Wimbledon ese año.
Las cosas empezaron a salir mal desde el inicio para Hurkacz, que nunca antes había llegado más allá de la tercera ronda de un torneo de Grand Slam pero que alcanzó estas instancias tras derrotar a Roger Federer y Daniil Medvedev.