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Tasas negativas, nuevo peligro

Las decisiones del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco de México de mantener sin cambio las tasas de interés de referencia, esto es, lo que cobran los bancos centrales por los recursos que prestan a las instituciones de servicio público de banca (captación de ahorro y otorgamiento de crédito), no parece tranquilizar a los economistas; se asoma en el panorama internacional el fantasma de las tasas negativas.

Las decisiones del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco de México de mantener sin cambio las tasas de interés de referencia, esto es, lo que cobran los bancos centrales por los recursos que prestan a las instituciones de servicio público de banca (captación de ahorro y otorgamiento de crédito), no parece tranquilizar a los economistas; se asoma en el panorama internacional el fantasma de las tasas negativas.

Las tasas negativas son una medida ortodoxa cuyos resultados no han sido enteramente analizados por los expertos. La presidenta de la FED, Janet Yellen, ha insistido desde que tomó posesión de su cargo en la necesidad de que los capitales se inviertan en el sistema productivo, para generar ese tan deseado círculo virtuoso de inversión, trabajo, producción, consumo e impuestos, que estimule la economía. Pero, los dueños de los grandes capitales insisten en las inversiones especulativas que tanto los han beneficiado.

Tasas negativas, nuevo peligro

Estos ya lograron, a finales del año pasado, que se elevaran las tasas de referencia, del 0 y .25 por ciento, al .25 y .50, con lo que obtuvieron muy elevados rendimientos por los capitales colocados en prácticamente todo el mundo, especialmente en las llamadas deudas soberanas, que no son otra cosa que endeudamiento irresponsable de gobiernos.

En una terrible paradoja y una mezcla de ignorancia, corrupción e irresponsabilidad, los gobierno, en su afán por alentar el consumo a cualquier costo, están aniquilando el ahorro y están inmersos en una bacanal de crédito no puede prolongarse para siempre. Presumen de las buenas calificaciones crediticias, como los incautos presumen de ser tratados como magnates cuando van a los casinos, hasta que se les acaba el dinero y el encanto desaparece. Las deudas soberanas han crecido tanto que provocan disturbios. 

El ejemplo más ilustrativo es hasta ahora el caso de Suiza, que hace un par de semanas se convirtió en el primer país en vender un bono a 10 años con un ‘rendimiento’ de -0.055%. Quien preste al gobierno suizo por ese plazo, al final recibirá 0.055% menos. Los acreedores pagarán por el ‘privilegio’ de prestarle a este deudor, teniendo como único estímulo la seguridad de que sus capitales están a buen recaudo y garantizados.

Y, es que guardar el dinero bajo la cama, como pueden hacer los ahorradores de poca monta, no es tranquilizador para los grandes capitalistas, siempre temerosos de que sus recursos puedan perderse de alguna manera. Las tasas negativas de interés vendría a ser una especie de seguro para los grandes inversionistas, cuyo dinero estaría resguardado por los sistemas de protección del Estado que ha solicitado créditos de deuda soberana.

En todo caso, y esa es la apuesta mayor de los capitalistas y el más alto riesgo para los países que están inmersos en esta borrachera del crédito (que a fin de cuentas tendrán que pagar otros), los fondos están garantizados con el ahorro interno. ¿Cuál es el ahorro interno? Según los tratados de Economía, el ahorro interno es la: “Cantidad de recursos generados por la economía nacional a través de la captación de los sistemas financieros e impositivos del país destinados al financiamiento interno y del saldo corriente de balanza de pagos. Es la parte del ingreso nacional que no se consume”. Es un superávit.

Nada más que en países como México, ese superávit no existe y la única fuente de ese ahorro interno vienen siendo los fondos de pensiones de los trabajadores. En el país, los fondos de inversiones, según, Carlos Ramírez Fuentes presidente de la Consar: “Con el ritmo de acumulación actual que registran los fondos de pensiones de los trabajadores mexicanos se registrará un crecimiento de 399 mil millones de pesos entre 2015 y 2018 lo que los ubicará como la principal fuente de financiamiento en el país, con casi 3 billones de pesos, es decir, más de 16 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país”. Así que, con las tasas negativas que empiezan a vislumbrarse, esos fondos, en lugar de crecer con la inversión, disminuirán al paso de los años. Muy malos presagios.