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Orden en la economía

La aplicación de impuestos a los servicios digitales ya está vigente en muchos lugares del mundo. Por ejemplo, el parlamento de la Unión Europea lo aprobó en marzo del año pasado y se alinea con otros gobiernos del mundo, como Chile y Argentina, en el caso de América Latina.

La charla que sostuvieron ayer el secretario de Hacienda de México, Arturo Herrera y la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, no podía ser más alentadora. Ambos coincidieron en la necesidad de poner orden en la economía y en promover la iniciativa que grave las enormes utilidades de la economía digital, que hasta el momento ha escapado al control de las instancias oficiales por su propia naturaleza y la ausencia de una legislación específica al respecto, por su vertiginoso desarrollo.

No ha mucho que en las reuniones del G20 y otras, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, había señalado que: "Las declaraciones de Janet Yellen, como parte de su audiencia de confirmación, de que Estados Unidos está comprometido en la cooperación multilateral para abordar la erosión de la base impositiva y transferencia de ganancias, así como para trabajar para resolver las disputas fiscales digitales, es música para todos nuestros oídos". El tema tendrá que resolverse pronto.

Orden en la economía

Muy pronto porque resulta paradójico que con la pandemia que azota a la humanidad, las empresas de la tecnología digital hayan logrado aumentar sus ya de por sí colosales ganancias sin responder a los compromisos fiscales inherentes. Además de que, como se acaba de ver, se han convertido de alguna forma en dictadores del acontecer mundial al decidir que puede ser transmitido por las redes sociales en base a un criterio propio. El poder de las plataformas digitales y las estructuras en Internet es creciente.

La aplicación de impuestos a los servicios digitales ya está vigente en muchos lugares del mundo. Por ejemplo, el parlamento de la Unión Europea lo aprobó en marzo del año pasado y se alinea con otros gobiernos del mundo, como Chile y Argentina, en el caso de América Latina. Notable es el caso de Noruega, que llega a cobrar hasta 25% de impuesto por estos servicios y más recientemente España.

En México, se aplica a los servicios digitales el Impuesto al Valor Agregado (IVA, del 16 por ciento), desde el 1 de junio cuando fue aprobado por el Senado de la República a finales del año pasado, según fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 9 de diciembre (DOF 09-12-2019), estableciendo que se deben cobrar los impuestos sobre las ventas digitales de las firmas foráneas y se espera que en breve se haga extensivo a los proveedores de servicios nacionales en similar proporción.

Dado que la cuarta parte de todos los multimillonarios que hay en el mundo vive en Estados Unidos y que algunos como Jeff Bezos, Bill Gates o Mark Zuckerberg, se han convertido en un símbolo del éxito, para quienes tienen una mirada crítica, sus gigantescas fortunas muestran que el capitalismo ha fallado porque la riqueza no se distribuye de una manera justa, y para quienes proponen gravar la riqueza, es que el número de multimillonarios en ese país ha crecido rápidamente, mientras 40 millones de estadounidenses siguen dependiendo de beneficios sociales para comprar comida, más con la Covid.

De ahí que el presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico haya dicho que apoya la idea de implementar un impuesto a las plataformas digitales, que ayudaría a que el país tenga ingresos justos sobre las ganancias de estas multinacionales. De forma tajante y directa, expresó que: "Si no se controla, la digitalización de la economía afianzará los desequilibrios de larga data y la acción unilateral podría agravar las tensiones comerciales actuales relacionadas con los impuestos".

Por su parte, la Dra. Yellen caracterizó al presidente Joe Biden como una persona que está a favor de algunos aumentos de impuestos a los estadounidenses ricos y a las corporaciones para financiar una ambiciosa agenda nacional que incluye sacar al país de la pandemia de coronavirus y, eventualmente, evitar la carrera hacia abajo entre las economías globales cuando se trata de impuestos corporativos.

Según las conclusiones de una estudio realizado por la organización internacional Oxfam, las ganancias combinadas de las 10 personas más ricas del mundo durante la pandemia del coronavirus alcanzaron los 540 mil millones de dólares, una cantidad que sería suficiente para evitar que los habitantes del planeta caigan en la pobreza a causa del virus y para pagar una vacuna para todos. Encontró además que la riqueza total de los multimillonarios equivale al gasto total de todos los gobiernos del G20 para recuperarse del virus, cuyas características han sorprendido a todos y han causado una gran mortandad.

Es un principio fundamental de la economía sana que quienes más tienen, deben pagar más impuestos.