El ADN aclara el exterminio de los primeros americanos
Desde 2010, un equipo internacional de científicos ha estado extrayendo muestras de pelo, dientes y huesos de momias y cadáveres de antes de la conquista de América. Los restos abarcan desde hace más de 8 mil años hasta hace unos 500. El ADN en esas muestras es una ventana abierta para averiguar cómo fue la llegada de los verdaderos conquistadores del continente y su parentesco con las poblaciones indígenas actuales.
California, E.U.
Estudios anteriores de menor envergadura habían mostrado un enorme declive de población entre los indígenas tras el desembarco de los europeos. Los autores de aquel trabajo culpaban sobre todo a las enfermedades llegadas del viejo continente como la viruela, aunque la esclavización, la guerra y el colapso de las sociedades precolombinas también tuvieron un papel indudable.
“En nuestro estudio no hemos determinado qué porcentaje de población desapareció, pero sí hemos visto que la conquista tuvo efectos devastadores en la población local, ya que en algunos puntos de la costa Oeste de Suramérica al menos la mitad desapareció”, explica a Materia Wolfgang Haak, investigador del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana de Jena, Alemania, y coautor del estudio.
El trabajo estima que los primeros humanos llegaron a América hace 16 mil años, unos mil antes de lo que estimaban estudios anteriores. Se trataba de un reducido grupo que se había separado hace entre 2 mil y 9 mil años de las poblaciones siberianas. En estas fechas el corredor de tierra que unía Eurasia con América por el estrecho de Bering era inaccesible debido a los glaciares, así que los autores del estudio creen que los primeros americanos llegaron por la ruta marítima a lo largo de la costa del Pacífico, que se abrió antes que la vía terrestre.
Esos primeros grupos conquistaron todo el continente en mil 500 años, como demuestran los restos arqueológicos encontrados en el sur de Chile. Las diferentes poblaciones se distribuyeron en grupos pequeños y separados, “como islas en el océano”, explica Bastien Llamas, investigador de la Universidad de Adelaida, en Australia, y coautor del trabajo. Ese hecho contribuyó a que “cuando los europeos llegaron, la mayoría de esas poblaciones murieran”, asegura. Esta situación fue especialmente grave en las ciudades incas y de otras culturas de la costa oeste, explica el trabajo. De todos los escenarios posibles para explicar los datos genéticos analizados, el único que encaja es el de la mortalidad en masa tras la llegada de los europeos, un escenario que coincide además con testimonios históricos de la época, resalta Llamas.